24/5/12

La peor de todos


Miguel Lucas Picazo
(Colectivo Tersites)

Nos ha tocado la peor de todos los posibles gobernantes regionales. La democracia es así y hasta dentro de tres años no podemos enmendarlo, no obstante tenemos derecho a decirlo bien alto: Cospedal, no mereces ser presidenta de Castilla-La Mancha; en Madrid estarías mejor (lo de Madrid es un decir, mejor en su casa). Ya se sabe, son fuentes del mismo PP, que pasado un tiempo prudencial, y no muy lejano, a la Presidenta le espera una cartera ministerial al lado -o enfrente- de Soraya Sáenz de Santamaría; lo grave es que para entonces no sabremos lo que quedará de esta región. El empeño por la macroeconomía, traducido en el mensaje mil veces repetido con el “hay que hacer, lo que hay que hacer” o el “sí o sí”, se está obviando el hecho político en sí mismo, que es el de crear las condiciones políticas, económicas y sociales para que  las personas crezcan y se desarrollen en libertad. Si nos ceñimos exclusivamente a las cifras y eliminamos del mapa político público a la educación, la sanidad, los servicios sociales  y culturales, como dirían los griegos, no nos queda  otra opción que la guerra. Estos politicastros lo saben y han creado los instrumentos legales para amedrentar a la ciudadanía e instruido a los cuerpos de seguridad en lo más conveniente, en casos de necesidad y antojo. Es decir, volvemos al franquismo.
Resuelto el puzzle regional durante la Transición y reglado en el título VIII de la Constitución, la organización territorial de España no había estado nunca tan amenazada como lo está en estos momentos. Si Andalucía, y en menor medida  Asturias, fracasan en sus proyectos políticos y sociales, el futuro territorial del Estado corre el riesgo de fracturarse. Gestos como el de Esperanza Aguirre sobre la suspensión del partido de fútbol, si hay pitadas antinacionalistas, ayudan a crear ese clima de quiebra territorial que algunos están buscando. Pero más grave aún es el despojo de competencias y servicios que se está llevando a cabo en regiones pobres, como es el caso de Castilla-La Mancha. Nuestra región nació casi por imperativo legal y, con el tiempo, la identidad adquirida le proviene, entre otros factores geográficos, del proyecto social basado en la participación, en la igualdad, en la justicia social, en la integración, en la educación y en la cultura.  Si nos quitan todo esto, el próximo 31 de mayo, el día de Castilla-La Mancha, quizás tendríamos que conmemorar el acta de defunción de este territorio, y todo por obra y gracia de la peor gobernante de todos los posibles, la Sra. Cospedal.
Castilla-La Mancha debe mucho, también, a su entidad territorial, mezcla de naturaleza y ruralidad, que puede verse despoblada si van desapareciendo servicios tan imprescindibles como las escuelas rurales. Hace un par de días, la comunidad educativa se echó a la calle multitudinariamente para protestar por los recortes en educación que afectan drásticamente a las zonas más rurales. Cínicamente el ministro Wert o el consejero Marín vienen exponiendo el argumentario de que esos recortes se realizan por el bien y la calidad de la enseñanza, con menos dinero y menos maestros y escuelas piensan que el sistema educativo funcionará mejor; tan absurdo que no merece comentario. Sí es interesante preguntarse sobre qué harán esas ocho o diez familias de las aldeas serranas que se verán obligadas a llevar a sus hijos a la capital de la zona; para qué se construyeron, incluso en la anterior época del PP, esas magníficas escuelas rurales y qué se hará con ellas; qué le vamos a decir a Europa que lleva años inyectando fondos para los programas de desarrollo rural, si ahora dejamos morir estos pueblos al no atender correctamente los servicios básicos; por no cuestionar, también, el estado anímico y de salud con que llegarán a sus escuela estos niños del transporte escolar tras recorrer cada mañana casi una hora por carreteras  zigzagueantes. 
En fin, hasta ahora hemos conocido de la Presidenta regional que es una magnífica manola, una singular costalera, una alegre romera, pero una fría burócrata con una tarjeta de crédito por corazón, lo cual  la convierte en la peor de todos.

2 comentarios:

  1. Anónimo0:09:00

    Como castellano-manchego estoy contigo. Y todavía veremos otras barbaridades impensables hasta hace unos pocos meses...

    De revolutionibus ...

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    1. Me alegro que compartas el análisis de la situación, a pesar de la que se no viene encima, como nos indicas

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