COMENATRIO DE TEXTO “PUEDO PROMETER Y
PROMETO”
Nos comprometimos a devolverle la soberanía al pueblo
español, y que pasado mañana la ejercerá.
Nos comprometimos a normalizar nuestra vida política,
gestionar la transición a la paz, construir de la democracia desde la
legalidad, y creemos que, con las lógicas deficiencias, lo conseguimos.
Nos comprometimos a que todas las familias políticas
podrían tener un lugar en el Parlamento, y el miércoles pueden alcanzarlo
(...).
Puedo prometer y prometo, tratar de redactar una
constitución en colaboración con todos los grupos de representación en el
Parlamento, con independencia del número de escaños (...).Puedo prometer y
prometo (...) dedicar todos los esfuerzos por lograr un entendimiento social,
que permita fijar las nuevas líneas básicas que ha de seguir la economía
española en los próximos años (...).Puedo prometer y prometo, un marco legal
para institucionalizar cada región de acuerdo a sus propias características.
Adolfo Suárez, 13 de junio de 1977. "
1. IDENTIFICACIÓN
El
texto a comentar procede, por su origen, de una fuente primaria ya que se trata de una selección de párrafos del
discurso pronunciado por Adolfo Suárez el 13 de junio de 1977, justo dos días
antes de las primeras elecciones democráticas celebradas tras el franquismo.
Es, por lo tanto, un texto de contenido
político y escrito en forma de
discurso oral para ser pronunciado antes las cámaras de TVE. El título
“Puedo prometer y prometo” ha quedado como una de las frases símbolo de la
transición. Esta fórmula fue repetida siete veces por Adolfo
Suárez para expresar sus compromisos electorales en su discurso más recordado,
pronunciado ante las cámaras de televisión con el objetivo de pedir el voto
para la Unión de Centro Democrático (UCD) en su última alocución antes de las
primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco, celebradas el 15 de
junio de 1977. Aunque fue Suárez quien la pronunció, su autor intelectual
sabemos que fue el periodista Fernando Ónega, amigo y colaborador del Presidente.
Este
discurso, que está destinado a
la opinión pública española y en especial a los posibles votantes, cabe encuadrarlo en una etapa política nueva
para la España que dejaba atrás el
franquismo e iniciaba la transición hacia la democracia
2. ANÁLISIS
· Idea principal
· Otras ideas
3. CONTEXTO HISTÓRICO
Tras la caída del gobierno Arias Navarro en 1976 es
elegido nuevo presidente Adolfo Suárez, quizás el menos esperado de la terna
presentada por el Consejo del Reino a D.
Juan Carlos. A pesar de que muchos lo consideraban un joven político sin muchos
méritos, procedente del franquismo y sin apariencia reformista, su gabinete
será determinante para la restauración de la democracia en España. En
efecto, El 5 de julio de 1976 Adolfo Suárez juró su cargo como nuevo Presidente
del Gobierno. Este nombramiento causó sorpresa general, las críticas a la
decisión del Rey fueron casi unánimes. Tanto la clase política como los medios
de comunicación consideraban que Suárez carecía de categoría política para
emprender las reformas que el país necesitaba.
Suárez consiguió la adhesión de los herederos del Régimen
Franquista al proceso de reforma. El paso político más importante del gobierno
de Suárez en este sentido fue la presentación en las Cortes para su aprobación
de la Ley para la Reforma Política. Su autor principal era Torcuato
Fernández-Miranda, gran jurista. El objetivo era transformar España en una
democracia. Y todo ello con un telón de fondo configurado por la crisis económica, provocada, entre otros
factores, por el aumento del precio del petróleo que elevó la inflación hasta
el 20%.
Suárez logró también la conformidad de la oposición con
el proceso de reforma. Para ello fue fundamental la legalización del PCE
el 9 de abril de 1977. Fue una de las acciones más atrevidas y brillantes de
Suárez. Finalmente, el 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras
elecciones democráticas desde 1936. Se crearon coaliciones políticas y se
prepararon programas electores. En total, se presentaron casi 600 partidos
políticos. Así, se formó la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido
político de Adolfo Suárez que pretendía aglutinar al electorado moderado
(centro derecha). A la derecha de la UCD
se encontraba Alianza Popular (AP) dirigido por Manuel Fraga. Y a la izquierda
el PSOE de Felipe González. También concurrieron a las elecciones el
Partido Nacionalista Vasco (PNV), etc. También participaron en las elecciones
el PCE, los partidos nacionalistas vascos, como el PNV (Javier Arzalluz) o
catalanes como Convergencia i Unió (CIU) de Jordi Pujol.
En un ambiente de
efervescencia política, Suárez ganaría estas elecciones presentándose, como
dice el texto, como un político que cumple sus promesas. La participación en las elecciones fue elevada, en un ambiente
tranquilo y esperanzado. El pueblo español apoyó mayoritariamente el cambio
democrático, consiguiendo el triunfo la UCD (Unión de Centro Democrático) del
presidente Suárez (34 % votos). A ello quizás contribuyó la gran capacidad
mediática de Suárez, su carisma y el dominio de un medio, por entonces novedoso
en España, del que fue Director General.
El objetivo de este discurso era convencer a los votantes
de que su opción era la mejor y, para ello, manejó impecablemente la audiencia,
la filosofía y el compromiso. Una audiencia inmadura democráticamente, pero que
deseaba y necesitaba comprar un proyecto político. Una filosofía que aunaba una
dimensión más propia del largo plazo (visión estadista) con otra perteneciente
a la esfera del corto plazo (visión política). Y un compromiso muy astuto que
conectaba impecablemente las emociones del poder hacer (puedo prometer) con las
del hacer (prometo)
En segundo lugar, el discurso tuvo la habilidad de
convertir un escenario de inquietudes y temores en un espacio de confianza. El
inicio del discurso estuvo focalizado en las tres grandes promesas que se
habían cumplido. No eran promesas banales, además de vitales, eran propietarias
de un extraordinario impacto emocional. Venían referidas a la devolución de la
soberanía, a la transición en paz y a que todas las familias políticas tuvieran
su espacio.
En tercer lugar, el liderazgo de Suárez salió reforzado
tras el discurso. Por un lado, el contenido del mismo provocó una simbiosis
entre Adolfo Suárez y su partido político que posibilitó el triunfo de la UCD
frente al PSOE. Por otro lado, el lenguaje corporal ante la cámara estuvo
absolutamente alineado tanto con las palabras (seguridad) como con el entorno
(confianza). El liderazgo de Suárez fue un gran atrayente de votos porque
mostró un extraordinario estado de atracción emocional positiva .
Y en cuarto lugar, el mensaje, estructurado alrededor del
impactante “puedo prometer y prometo” generó un enorme efecto de contagio
emocional. Fue un mensaje que tuvo la capacidad de lograr que el pueblo
comprara y soñara con esa visión que Adolfo Suárez tenía y compartía, a la vez
que la habilidad de resultar
inolvidable.
Fernando Onega, autor del discurso |
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